Jamás he estado en las Pribilof, esas islas del Mar de Bering hacia las que ponían proa en la maravillosa película El Mundo en sus Manos de Raoul Walsh. De momento me he quedado en la Alaska continental. Pero esa frase exclamada al frío viento del océano en el celuloide de 1952 siempre me ha sugerido las aventuras y emociones que, de alguna manera, intento encontrar en mis viajes.

jueves, 24 de enero de 2013

EL MÁS FUERTE: BROAD PEAK (PAKISTÁN)


Broad Peak desde Concordia

Desde luego el nombre le viene al pelo. Ancho es y mucho. Su poderosa arista somital se extiende a lo largo de varios kilómetros que a los alpinistas que consiguen llegar se les hacen eternos. No pocos se han vuelto antes de culminar el vértice más alto de la montaña, ya sea por error a la hora de discernir el punto de mayor altitud en esa interminable cresta, ya sea por propia voluntad por mucho que les pesase cuando las circunstancias y el buen juicio mandan.

El Broad Peak, originalmente catalogado como K3 y a veces por la no aceptada traducción en lengua vernácula de Faichan Kangri, forma parte del exclusivo y a veces denostado grupo de los catorce ochomiles que se reparten entre Pakistán, Tibet y Nepal. Con sus 8051 metros de su cima principal, es la 12ª montaña más alta de la tierra y la 4ª de Pakistán por detrás del K2, el Nanga Parbat, el Gasherbrum I y por delante del quinto ochomil local, el Gasherbrum II.

El amanecer enciende sus tres cumbres

El viento barre la arista cimera

Pero aunque no es la más alta del Karakorum, ni la más bella, sin duda es una de las más espectaculares por el tamaño descomunal que alcanza. Encajado en la frontera entre China y Pakistán, escoltando el sueño imperturbable del K2 y a su vez vigilado por el asombroso circo de los Gasherbrum, el Broad Peak planta sus raíces de piedra en la confluencia del glaciar de Baltoro con sus hermanos en la plaza de Concordia y eleva hacia el cielo sus hombros desmesurados sobre los que reposan las tres cabezas. Tricéfalo y altanero, el Broad desafía a quien se encaraman por sus glaciares colgantes y seracs a hollar las tres cimas, a recorrerle la espalda, a cabalgar sobre el viento, a hurtarle la corona.

Desde la aproximación a lo largo del glaciar de Baltoro, el Broad Peak es el primer ochomil que se atisba como una aparición entre las nubes y hasta que el diamante del K2 no interpone su silueta sin igual, es este ancho monte el que reina sobre el resto de cumbres afiladas. Desde Concordia, desde su campo base, desde el glaciar Vigne donde poco a poco se le va perdiendo de vista, hasta su perfil fantasmagórico desde el collado de Gondogoro La, desde todos los puntos desde los que pude contemplarlo, el Broad Peak impone su ley. La del más fuerte.

(Karakorum, agosto de 2012)

Los 8000 metros del Broad Peak aparecen remontando el glaciar de Baltoro

Como un fantasma

El Broad Peak junto al K2 y los Gasherbrum desde Gondogoro La

El Broad Peak, el K2 y el G IV van quedando al fondo del glaciar Vigne


(c) Copyright del texto y de las fotos: Joaquín Moncó

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