Jamás he estado en las Pribilof, esas islas del Mar de Bering hacia las que ponían proa en la maravillosa película El Mundo en sus Manos de Raoul Walsh. De momento me he quedado en la Alaska continental. Pero esa frase exclamada al frío viento del océano en el celuloide de 1952 siempre me ha sugerido las aventuras y emociones que, de alguna manera, intento encontrar en mis viajes.

jueves, 2 de agosto de 2012

GERASA: UNA DE LAS DIEZ (JORDANIA)



Plinio el Viejo la incluyó entre las diez ciudades de Oriente Próximo que formaron la Decápolis. Y no era para menos. La paz y la prosperidad que trajo consigo la conquista romana supusieron el auge de esta localidad que elevó a las alturas templos, puertas, columnatas y teatros que veinte siglos después aún dan testimonio de su grandeza en la que colaboraron testas laureadas como las del Trajano o Adriano.

La antigua Gerasa y actual Jerash, en el norte jordano, posee las ruinas romanas mejor conservadas en esa parte del mundo y es un verdadero placer, a pesar del sol de justicia, pasar bajo el Arco de Adriano, recorrer el Cardo Máximo en toda su extensión atravesando el hermoso óvalo del Foro parapetado de columnas jónicas, danzar en el escenario de los dos Teatros gozando de las sorprendentes cualidades acústicas, echar una carrera por el circo, guardar pudoroso respeto ante los Templos de Zeus o Artemisa.

Un par de terremotos trataron de borrar su recuerdo pero los arquéologos alemanes del siglo XIX se encargaron de recuperar el aire y las piedras que aún se tuestan al sol de oriente asaltados por las multitudes de turistas que se lo meriendan como aperitivo o postre del gran festín de Petra mucho más al sur.

(Jerash, abril de 2012)










(c) Copyright del texto y de las fotos: Joaquín Moncó

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