Glaciares interminables se desparraman a sus anchas por las isla llenando el vaso de cubitos de hielo y nada de licor. Las lenguas desdentadas se desmoronan sobre la costa creando ríos ondulantes que, en muchas ocasiones, se precipitan al vacío en saltos vertiginosos padres del trueno y del arcoiris. Los icebergs navegan sin vela por las bahías sembrándolas de ovejas blancas hasta que son devoradas por el lobo feroz del mar insaciable. El agua brota impetuosa desde la entrañas de la tierra disparada al cielo por mil cañones de fuego y pólvora. Los lagos sueñan con ser espejos en las llanuras tiñendo de azogue los pastos. También agua a 40º C de color turquesa que humea placer sin parar. Y finalmente el océano inconmensurable que se acerca y aleja con una respiración lenta, a veces tos (vio)lenta, que se deshace en olas grises sobre las playas.
Pero en invierno el agua se convierte en piedra. La isla se torna blanca cubierta por millones de copos de agua con forma de estrella y el tiempo se detiene, se solidifica. Los ríos crujen, los lagos desaparecen, la tierra se hace mar y las cascadas dejan de ser para simplemente estar. Estatuas de diamantes blancos atrapadas bajo la luz inocente del sol .
Pero en invierno el agua se convierte en piedra. La isla se torna blanca cubierta por millones de copos de agua con forma de estrella y el tiempo se detiene, se solidifica. Los ríos crujen, los lagos desaparecen, la tierra se hace mar y las cascadas dejan de ser para simplemente estar. Estatuas de diamantes blancos atrapadas bajo la luz inocente del sol .
(Islandia, diciembre de 2011)
Como decía Píndaro:
ResponderEliminarἄριστον μὲν ὕδωρ
"lo mejor es el agua"
¡Qué grande Píndaro y su primera Olímpica! ;)
ResponderEliminarSi hasta Alejandro respetó su casa cuando redujo Tebas a cenizas en un arrebato de los suyos. Es que tenía unos prontos... :)
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