Jamás he estado en las Pribilof, esas islas del Mar de Bering hacia las que ponían proa en la maravillosa película El Mundo en sus Manos de Raoul Walsh. De momento me he quedado en la Alaska continental. Pero esa frase exclamada al frío viento del océano en el celuloide de 1952 siempre me ha sugerido las aventuras y emociones que, de alguna manera, intento encontrar en mis viajes.

jueves, 18 de noviembre de 2010

ICH BIN EIN BERLINER BÄR! (BERLIN)



Una de las muchas cosas que se pueden hacer en Berlín, además de beber cerveza, comer salchichas y ver la hermosa Puerta de Ishtar en el Pergamon, es contar osos.

Están por todos lados, de todos los colores, formas y tamaños, del derecho, del revés, por parejas, en solitario, a cuatro patas, a dos, desnudos, vestidos, hembras, machos,  peludos, amorosos, de peluche, hasta comestibles.

Otro buen lugar para seguir haciendo el oso.

(Osos atisbados un gélido y lluvioso mes de octubre de 2009) 

  






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ICH BIN EIN BERLINER BÄR  (BERLIN)

One of the many things you can do in Berlin, besides drinking beer, eating sausages and watching the beautiful Ishtar Gate in the Pergamon museum, is counting bears.

They are everywhere, in all colors, shapes and sizes, right side up, upside down, in pairs, alone, on all fours, on two, naked, clothed, female, male, furry, cute, teddy, even edible .

Another good place to keep on acting the bear.

(Bears glimpsed a cold and rainy October 2009)



(c) Copyright del texto y de las fotos: Joaquín Moncó

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