Jamás he estado en las Pribilof, esas islas del Mar de Bering hacia las que ponían proa en la maravillosa película El Mundo en sus Manos de Raoul Walsh. De momento me he quedado en la Alaska continental. Pero esa frase exclamada al frío viento del océano en el celuloide de 1952 siempre me ha sugerido las aventuras y emociones que, de alguna manera, intento encontrar en mis viajes.

jueves, 31 de marzo de 2011

OTRA PROSA DESDE EL OBSERVATORIO (NUEVA DELHI, INDIA)



Las estrellas son las mismas en todas partes pero en todos los lugares son diferentes. Depende de quién las mire. De cómo las mire. Según el observador y el observatorio. Y no todos los observatorios son iguales.

Las estrellas sobre la India son diferentes. Hablan de millones de dioses y de voces que se pierden en la noche monzónica, de arqueros alados, de rostros azules. En Delhi hay un observatorio donde buscar esas estrellas y esos dioses, donde escuchar esas voces.

El Jantar Mantar es uno de los cinco observatorios astronómicos construidos en la India por el Maharajá Jai Singh en 1728 pero a mí, desde el primer momento, con sus formas geométricas y sus paredes rojas,  me pareció un parque de columpios y toboganes, un campo de juegos en el que pasar horas y horas bajo la calima húmeda y bochornosa de agosto esperando a que la brisa de la tarde traiga un poco de alivio de regreso de las tierras ocres y puras de Ladakh.

Por supuesto, mi otra prosa apenas rinde homenaje a la del siempre enorme y admirado Julio Cortázar.


(Nueva Delhi, agosto de 2006)






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OTHER PROSE FROM THE OBSERVATORY  (NEW DELHI, INDIA)

Stars are the same everywhere but everywhere are different. It depends on who look at them. On how are they looked. According to the observer and the observatory. And not all the observatories are equal.

The stars over India are different. They speak about millions of gods and voices that are lost in the monsoon night, about winged archers, about blue faces. In Delhi there is an observatory to look for those stars and those gods, where to hear those voices.

The Jantar Mantar is one of the five astronomic observatories built in India by Maharaja Jai Singh in 1728 but, from the outset, with its geometric shapes and its red walls, it looked to me like a park with swings and slides, a playground to spend hours and hours in the humid and muggy August's haze waiting for the evening breeze to bring some relief coming back from Ladakh's ocher and pure lands.

Of course, my other prose barely pays tribute to the enormous and always admired Julio Cortazar's.

(New Delhi, August 2006)

(c) Copyright del texto y de las fotos: Joaquín Moncó

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