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Corredor Estasen al Aneto desde el collado de Coronas |
El Aneto hay que subirlo, si no todos los años, al menos de vez en cuando. Y podemos elegir una manera diferente de encarmarnos a su corona de monarca del Pirineo en cada intento. Ya sea por la vía normal de la Renclusa y los Portillones atravesando su cada vez más escuálido glaciar, con los esquíes en los pies desde Aigualluts, por el la hermosa vertiente de los ibones de Coronas y su collado, escalando el lomo erizado a algunas de sus aristas como la de Llosás o la enorme Salenques-Tempestades o, como elegí en los últimos coletazos de mayo, colarse por la puerta de atrás que abre el elegante corredor Estasen.
Aunque el verano amenaza en las tierras bajas y el mercurio ya flirtea de manera habitual con las marcas altas del termómetro, en el país de la montaña la primavera campa aún a su antojo paseando sus flores y su verdor por los valles y lomas. Y en el reino de las alturas, cerca delos 3000 metros, el invierno aún se agarra con dedos fieros a las rocas. Los lagos siguen convertidos en piedra mientras que la nieve aún se acumula en los collados aguardando a que le llegue su hora. El Estasen luce magnífico todavía en esas fechas e invita a escalarlo hasta la misma cruz del Aneto.
Flanqueado a su derecha por la quebrada arista de Llosás, el corredor se desliza zizagueando en una amplia pala nevada que paso a paso nos acaba izando a la espalda del rey, terminando en un colladito nevado sobre la arista. Para animar la jornada, tomamos una variante más estrecha y empinada que se encarama junto a la aguja Daviu y que alguien bautizó como Petit Black. Desde su salida, un paseo vertiginoso sobre el final de la cresta nevada y una trepada a cuatro manos nos lleva a la cima del Aneto bajo unas nubes cada vez más oscuras y ominosas. Ya sólo queda cruzar el puente insólito que forma el Paso de Mahoma y alcanzar el collado de Coronas para regresar a los cuarteles. Como despedida, el cielo se abre en el descenso regalándonos rayos, truenos y espesas gotas de lluvia.
(Pirineos, Aneto, 21 de mayo de 2011)
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Aneto desde los ibones de Coronas |
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Subiendo por el corredor |
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A caballo de la arista a la salida del Petit Black |
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Terminando la arista de Llosás camino de la cima |
(c) Copyright del texto y de mis fotos: Joaquín Moncó
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