Jamás he estado en las Pribilof, esas islas del Mar de Bering hacia las que ponían proa en la maravillosa película El Mundo en sus Manos de Raoul Walsh. De momento me he quedado en la Alaska continental. Pero esa frase exclamada al frío viento del océano en el celuloide de 1952 siempre me ha sugerido las aventuras y emociones que, de alguna manera, intento encontrar en mis viajes.

jueves, 8 de julio de 2010

PERDIENDO EL NORTE: CARA NORTE CLÁSICA DEL MONTE PERDIDO


Cara Norte del Monte Perdido

Como final de temporada invernal-primaveral 2010, y después de comprobar las condiciones en piadas y la previsión de la meteo, me encaminé a primeros de junio con tres compañeros a hincarle el diente a la gran clásica cara norte del Perdido, que a pesar de ser junio y los calores, dada la altitud, aún dejaba hacerse. La clásica de las clásicas de la caras norte que se me había resistido y que por fin parecía que podía caer "del lado de acá", como diría el gran Cortázar. Un buen lugar para perder el norte...

El viernes subimos al Balcón de Pineta desde el valle, que no es camino horizontal precisamente, cargados con las cosas de dormir y escalar comprobando los estragos de los aludes en esa zona, que se ha llevado por delante hasta el puente sobre el Cinca. El temible Embudo estaba en condiciones aceptables y llegué al final de la subida más fresco de lo esperado. El encuentro con la cara norte del Monte Perdido es siempre impactante. Plantar el campamento, cenar y al saco, que mañana hay que madrugar también "a saco".

El puente del Cinca barrido por un alud

El valle de Pineta se abre subiendo al Balcón

Seracs sobre el corredor de entrada

El sábado arriba a las tres de la madrugada para comprobar que ya nos precedían en la vía los frontales de unas doce personas. Vistas las cosas nos lo tomamos con calma para evitar la aglomeración y el bombardeo. Buena huella y nieve consistente en el corredor de entrada que lo subimos como motos entre las sombras y disfrutando a tope y nos amaneció atravesando el glaciar intermedio. Se me hizo mucho más corto de lo que pensaba.

La huella para acceder al glaciar superior trazaba a la derecha del riñón rocoso en lugar de a la izquierda como otras veces porque la rimaya ya empezaba a abrirse y obligaba a tomar esa ruta debajo de los seracs superiores. Por ese lado la rimaya se cruza de un salto y las rampas más empinadas del glaciar superior se suben fácilmente por la huella. Pero en el corredor superior había atasco debido a que el resalte de salida estaba en las últimas y había que superarlo por el espolón rocoso o en mixto con hielo malo y ducha de agua incluida. Esperando en la base del corredor nos dedicamos a esquivar los proyectiles que caían intermitentemente, algunos de dimensiones considerables capaces de hacer una buena avería. Dos pequeños tuvieron la certera puntería de impactarme en cada mano, pero al margen del dolor intenso momentáneo, nada grave.

De noche en el corredor

Subiendo al glaciar superior

Hacia arriba dejando el patio debajo

Una vez que nos tocó el turno sacamos la cuerda y superamos el resalte precario en dos cordadas para llegar a las palas superiores y la cima con unas vistas estupendas y un sol radiante. De ahí , tras las fotos de rigor, para abajo por la Escupidera con cuidado, hasta el ibón helado que así seguía y remontar hasta el Cuello del Cilindro para bajar por nieve muy blanda de nuevo el Balcón tras rapelar un resalte que chorreaba por todos lados. En plena operación un mini-alud me estalló de improvisó en plena cara dándome un buen susto que se quedó en eso y en un baño de nieve húmeda.

Las nubes cargadas comenzaban a amenazar por lo que recogimos las cosas del Balcón y tiramos para el valle por el Embudo para llegar a Pineta con la primeras gotas cansados pero felices y con la mente puesta en la cerveza y el homenaje gastronómico.

(Monte Perdido,  4-5 de junio de 2010)

En las rampas somitales

Perdido y Escupidera desde el Cuello del Cilindro

Corredor de entrada y seracs desde el glaciar
 


(c) Copyright del texto y de las fotos: Joaquín Moncó


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